El reciente terremoto que afectó a nuestro país ha evidenciado la importancia de estar preparados ante desastres naturales. Esta vez tuvimos la suerte de que el sismo no ocurriera en época ni horario de clases, pero el nivel de preparación de los establecimientos escolares ante estos eventos puede marcar una vital diferencia.
La autoridad ha generado importantes esfuerzos en desarrollar e informar a la comunidad educativa para orientar a directivos, docentes alumnos y apoderados.
Si estas familiarizado con la “Operación Dayse”, debes saber que hoy está en desuso. En su lugar, la ONEMI ha desarrollado el Plan Integral de Seguridad Escolar, que se diferencia de su antencesor porque “privilegia la prevención y también perfecciona y refuerza los mecanismos de atención de accidentes y emergencias”, dejando de ser un sistema que se especialice solamente en evacuación y seguridad en situaciones de emergencia.
Recomendaciones generales para después de un terremoto:
Determinar (El comité de seguridad o encargados de evacuación) si es necesario abandonar el establecimiento.
- Asegurarse que todos los estudiantes se encuentren en las respctivas zonas de seguridad.
- Procurar atención a posibles heridos.
- Actuar calmadamente y sin provocar pánico
- Reponer gradualmente, siempre que no se observen daños, los servicios básicos (agua, electricidad, gas)
- Solicitar asesoría técnica para diagnosticar el nivel de daño del establecimiento (En este caso, es responsabilidad del sostenedor proveer esa asesoría)
- Asegurarse que todos los estudiantes se encuentren en las respctivas zonas de seguridad.
- Procurar atención a posibles heridos.
- Actuar calmadamente y sin provocar pánico
- Reponer gradualmente, siempre que no se observen daños, los servicios básicos (agua, electricidad, gas)
- Solicitar asesoría técnica para diagnosticar el nivel de daño del establecimiento (En este caso, es responsabilidad del sostenedor proveer esa asesoría)
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